Darío Hidalgo, experto en movilidad sostenible, cuenta que no había escuchado que los ciudadanos sugirieran esta idea en Colombia, como lo hicieron algunos en el sondeo de El Espectador y Despacio al hacer propuestas para mejorar la movilidad.
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| Foto: Andrés Torres - El Espectador |
En esa encuesta, que realizaron El Espectador y la organización Despacio, 504 ciudadanos nos dieron sus ideas para contribuir a mejorar la movilidad de la capital. Esas propuestas las presentamos el pasado domingo en la edición impresa y en la digital. Una idea que a Darío le pareció llamativa fue que la gente les sugiriera a los gobernantes mayor control a la venta de carros y motos. “Esta es la primera vez que se lo escucho a la gente en Colombia y es una idea que empieza a coger fuerza”, destaca el experto. Explica que poner límites al número de vehículos que entran a circular en la red vial ha sido una de las estrategias aplicadas intensamente en las ciudades chinas, aunque la alternativa comenzó a aplicarse en Singapur en 1975.
Shanghái, una de las ciudades más pobladas del mundo, con casi el triple de habitantes de Bogotá, arrancó con esta medida en 1994, y ya hay otras 10 urbes de China con el mismo modelo. Allí usan un sistema de subastas mediante las cuales quienes quieren tener automóvil ofertan dinero para tener el cupo y se lo pagan al Estado. Shanghái recibe de ese modo unos US$400 millones cada año y los usa para mejorar el transporte público, explica Hidalgo. Este recaudo le ha permitido, en parte, tener la red de metro más grande del mundo, con más de 450 kilómetros.
“Esta idea loca que aparece en la encuesta de Catarsis vale la pena mirarla con detalle. En Bogotá sigue la idea de que el progreso es tener más autos, pero tener un carro en las condiciones de congestión que tenemos, con las oportunidades de estacionamiento actuales, no parece tener sentido. No creo que estemos listos ni que exista la posibilidad de implementar la idea de las cuotas para la entrada de carros, por el movimiento de la industria automotriz, las facilidades de los bancos a la hora de prestarle a la gente para comprar carro o moto y la manera en que está hecho el Estado para construir vías y no para proveer servicios de transporte. Estamos lejos, pero es una idea que puede empezar a pensarse, que se sale de lo tradicional y es interesante”, asegura Hidalgo.Como él dice, estamos muy lejos de medidas tan agresivas frente al incremento de los carros y la congestión. Si en la capital los políticos no se han animado a autorizar los cobros para la circulación de carros en algunas zonas congestionadas (cobros por congestión), menos voluntad tendrán con la restricción de entrada de vehículos. Aunque en algún momento, quizás en décadas, el espacio en la ciudad será tan reducido y el trancón tan insoportable que seguramente tendrán que tomarse decisiones de esta clase. Así les sucedió a los chinos y a Singapur, una isla mucho más pequeña que Bogotá.
La solución más nombrada
Por otra parte, en el sondeo de #CatarsisBogotá, la palabra más mencionada, asociada con la forma de aportar a las soluciones en movilidad, fue bicicleta. Por eso Darío Hidalgo cuenta que hay un contraste entre este resultado y los de otras encuestas, como la que realizó hace un año Bogotá Cómo Vamos, donde los primeros aspectos para mejorar la movilidad fueron el arreglo de las calles y el metro. Ambas iniciativas tienen diferentes públicos y estrategias para recibir las respuestas de los ciudadanos, básicamente porque en Catarsis la gente decide participar (por medios digitales). Pero el punto que le interesa a Hidalgo en este contraste es que el tema de la bicicleta aparezca con fuerza en los análisis.Por ejemplo, cuenta el experto, una encuesta reciente de la fundación Probogotá preguntó algo provocativo: “En un mundo ideal, ¿en qué modo de transporte se movería?”, y el resultado fue 25,9% para la bicicleta y 25,5% para el carro. Hidalgo considera que la buena noticia es que ese porcentaje que nombró a la bicicleta como opción pone en evidencia la creciente aspiración de la gente por usarla para transportarse. Aunque también muestra que sigue existiendo la aspiración de tener carro, pese a que en la ciudad quienes usan este medio suman un 20%.
“Es muy llamativo que, como aspiración, la bicicleta llegue a ese porcentaje similar al del carro. Es un mensaje para todos: para los que están haciendo política pública y para quienes trabajamos haciendo sugerencias a la administración. Los candidatos en campaña deben tomar nota de la importancia que está ganando la bicicleta”.Aunque vemos a los candidatos a la Alcaldía o al Concejo posando para la foto en bicicleta o prometiendo sobre ella y, como dijo un tuitero, parece ser “la lechona de estas elecciones”, para el experto hay algo más importante detrás: una aspiración y un aumento de su uso, así como muchos colectivos ciudadanos moviendo el tema. La bicicleta llegó para quedarse y es el vehículo del futuro, insiste Hidalgo.
Finalmente, para el experto, algo por resaltar es que “las personas que participamos en estos ejercicios estamos reconociendo que la tarea no es sólo del Estado, sino que la labor también es individual y hay comportamientos que necesitamos recuperar, como el respeto a las normas en la vía”. Recuerda que esos cambios no los comienza la gente sola y se necesita un liderazgo, alguien que convoque, como lo dijo el exalcalde Paul Bromberg en una entrevista anterior de #CatarsisBogotá. Tal vez ello tiene que ver con el hecho de que algunos ciudadanos sigan en modo queja en las encuestas de esta iniciativa.
*Si tiene dudas o comentarios sobre esta u otras notas de #CatarsisBogotá, escríbanos a catarsisbogota@gmail.com
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